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No temas a la duda y al miedo

No temas

No temas. El temor muchas veces nos hace cuestionar algunas cosas. Entre ellas la palabra de Dios y subsecuentemente, dudar de la perspicacia del mensaje de Dios.

Las dificultades de la vida pueden hacer que el pavor te lleve a no recordar la realidad Él te ha ofrecido un buen consejo. Las veces que Dios dijo OK. Te hacen seguir pensando si le escuchaste sinceramente con precisión cuando una circunstancia se vuelve problemática y el pavor domina.

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No temas, Dios esta contigo

A lo largo de tu vida. Seguirás encontrando el temor, sin embargo, a pesar de que el temor estará constantemente disponible, no puedes permitir que te abrume, en Cristo no somos pusilánimes o tímidos ya que Él nos apoya. No dudaremos en caer ya que Él sobrevivió y nos ha dado una existencia diaria rebosante de dotes y armonía, no rebosante de temores y preguntas.

A través de la Promesa de Dios y la petición, puedes volver tus ojos hacia Él. Si te centras en el temor y no en Dios. El temor puede impedirte recordar los compromisos de Dios, creer que Él satisfará los compromisos que tiene para ti.

El temor puede hacerte cuestionar o descuidar las palabras de Dios y sus desvelos de hace tiempo. Recuerda la manera en que Él se ha centrado constantemente en ti y enfoca la auténtica realidad.

La fe vence nuestros miedos

Una existencia sin miedo no depende de cuál sea nuestra identidad. No pudimos ser los más audaces o los más seguros sin importar la facilidad.

Nuestra salvación es dada por la belleza no por las obras y eso sugiere todo lo que obtenemos en Jesús. Él es nuestro alimento y nuestra piedra firme.

No queremos temer lo oscuro a la luz del hecho de que nuestro Dios conoce todas las cosas. No tenemos una explicación obvia para temer a las personas que dañan el cuerpo a la luz del hecho de que en la posesión de nuestro Dios son sus espíritus.

Nada es imposible para Dios

De la misma manera, en tu vida, pides una cosa y Dios te da otra. Pides la independencia de alguna circunstancia y Dios te la da de la manera que Él cree que es la ideal.

En eso radica la cuestión. En que venimos y nos quejamos de que Dios no se ha dirigido a nosotros ya que preferimos no reconocer la respuesta y la decisión que Él ha puesto ante nosotros.

Por eso acudimos con frecuencia a Dios para que nos mantenga alerta y nos dé agudeza y astucia para tener la opción de comprender.