El estrés dentro de las parejas logra generar muchas discusiones, distanciamiento y mucha incomprensión. Por eso es importante saber como manejarlo.
El estrés se ha convertido en una condición típica de la existencia diaria. De hecho, en la parte correcta, un poco de presión puede ser viable para mantenernos impulsados y empujarnos a cumplir nuestros objetivos. Sin embargo, cuando el estrés sobrepasa un límite y tenemos dificultades para controlarlo adecuadamente, puede influir en varios aspectos de nuestra vida.
Es notable que la presión influye en el bienestar físico y psicológico, pero también puede tener resultados genuinos en la vida profesional, las conexiones y los vínculos pasionales. Por ejemplo, en una relación de pareja, el estrés puede influir en la correspondencia, la concurrencia y la articulación entusiasta. Como propone Robert J. Sternberg, las claves de una relación de pareja son la cercanía, la energía y la responsabilidad. La sobrecarga laboral y las cuestiones monetarias, entre diferentes fuentes de estrés, pueden influir en al menos uno de estos aspectos, debilitando la totalidad de la vida en equipo.
En primer lugar, cuando uno de los cómplices está pasando por una instantánea de estrés, las contenciones y los conflictos aparecerán de forma intermitente la mayoría de las veces. Los individuos centrados en el tema suelen mostrar malestar y poca tolerancia, por lo que es posible que las disputas empiecen a aparecer por pequeñas cosas, aunque sean constantes.Estas disputas pueden transformarse en circunstancias más grandes y difíciles, en las que un conflicto básico desencadena gritos, insultos y diferentes tipos de reacciones bruscas hacia el cómplice.
Disminución del interés y del tiempo dedicado a la relación
Cuando tratamos de sobrellevar el estrés y a las diferentes circunstancias molestas que la provocan puede llevarnos a invertir menos tiempo y energía en nuestra relación y a luchar por el equilibrio entre las actividades serias y las divertidas, si recordamos que el tiempo compartido es vital para mantener la cercanía y la correspondencia en la pareja, invertir menos energía de calidad con el otro individuo puede influir negativamente en la relación, tanto a corto como a medio y largo plazo.
Por otra parte, las sensaciones de incomprensión con respecto a uno de los encuentros son normales. Esto se manifiesta en la inclinación de que no se les presta atención de forma consciente o que no se satisfacen aceptablemente sus sentimientos. Además, las personas que están bajo presión pueden sentir que no se piensa en ellas y que no se percibe su somnolencia y ausencia de inspiración.
Culpabilizar y culparse
Es normal que el estrés genere sensaciones de culpabilidad y propensión a culpar al otro individuo. En consecuencia, la persona bajo presión puede sentir remordimientos por la forma en que su sobrecarga influye en la relación con su cómplice. Sin embargo, como se mencionó en el punto anterior, el individuo puede igualmente culparle por no haber conseguido que esa persona esté bien.
En la resistencia, el otro individuo puede sentir remordimiento por no ser adecuadamente complaciente, o culpar al otro por su susceptibilidad o problemas para supervisar enfáticamente la presión. En cualquier caso, las sensaciones de responsabilidad y acusación no son algo positivo dentro de la pareja, ya que conducen a contenciones, suposiciones erróneas y pérdida de la amistad.