He perdido mi apetito sexual ¿Es verdad o no que te sientes muy agotada y sin ganas de sexo? ¿No crees que tu pareja debería intentar acercarse a ti? ¿Te preguntas si tu relación está destinada a fracasar porque la intimidad actual se ha reducido? ¿Te preguntas por qué tu pareja ya no se siente tan atraída por ti como antes? ¿Ya no quieres quitarle la ropa a tu pareja como antes?
Estas son preguntas muy habituales en mi formación, sobre todo de clientes que llevan mucho tiempo saliendo con alguien. Esta falta de deseo sexual puede provocar un gran malestar incluso en parejas que se consideran sólidas y estables, ya que temen que sea característica de problemas mayores en la relación. En cualquier caso, como les digo a mis clientes, nada de lo que nos ocurre tiene un significado directo y vamos a descargar este punto en el artículo para traeros la paz.
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Pérdida del deseo sexual: una característica peculiar y no motivo de preocupación
La disminución del deseo sexual es una experiencia compartida por muchas parejas y no debe interpretarse como una indicación de problemas desfavorables en la relación. A lo largo del tiempo, he visto tanto en mi experiencia como en la de mis clientes que el deseo sexual puede disminuir debido a diversas razones, desde el estrés y la rutina hasta los cambios en los elementos de la relación.
Tenga en cuenta que el deseo sexual necesita espacio para respirar y prosperar, algo que puede lograrse en la práctica diaria de la vida en equipo. La práctica diaria, los compromisos y el bullicio pueden ahogar el destello que una vez iluminó la energía. Sin embargo, esto no debe verse como un problema insuperable, sino como una oportunidad para investigar nuevos tipos de asociación y sugestión.
Mantenerse al día con el deseo sexual en la pareja
El deseo florece en un clima donde la rareza y la vulnerabilidad pueden coincidir con la seguridad y la comunidad. Esto quiere decir que, para mantener viva la energía, las parejas deben buscar una armonía entre lo conocido y lo desconocido, lo seguro y lo estimulante. Esta es la esencia del asunto, ya que buscamos seguridad en nuestras parejas, pero esto es más que lo nuevo, lo estimulante, y ellos no se dan cuenta de que son tan estimulantes al comienzo de las relaciones de amor.
Por eso queremos traer rarezas a nuestra vida íntima, por ejemplo, probando nuevas actividades, jugando con lo inesperado (¡jugando!), o simplemente cambiando el clima en el que solemos compartir momentos especiales, como una escapada de fin de semana a un lugar conmovedor. Otro modelo podría ser sorprender a tu pareja con una cita o un pequeño regalo que demuestre que los estás considerando. Estos cambios pueden romper la rutina diaria y aportar un refresco muy necesario a la relación.
Investigar el deseo desde un punto de vista consciente
El cambio en la intimidad puede ser una etapa característica en el desarrollo de la relación. En lugar de ver la falta de deseo como el fin de la relación, podemos considerarlo como un desafío para investigar y redescubrirse mutuamente en diferentes grados de intimidad y profundidad. Este punto de vista nos permite reconocer los cambios como una parte inevitable y en mejora de la relación.
Por ejemplo, una pareja que ve una disminución en su deseo sexual podría aprovechar esta oportunidad para centrarse en compartir actividades que fortalezcan su vínculo íntimo, por ejemplo, practicar una actividad de ocio juntos, participar en una cena a la luz de las velas o, simplemente, invertir tiempo hablando y relacionándose a un nivel profundo.
La importancia de la comunicación transparente
La importancia de la comunicación transparente entre parejas es vital para mantener una relación sólida y satisfactoria. Con frecuencia, la ausencia de deseo sexual puede ser un efecto secundario de problemas más profundos en la comunicación o la relación íntima. Cuando las parejas no hablan de sus sentimientos, necesidades e inquietudes, pueden surgir falsas impresiones y sentimientos de desprecio que afecten la intimidad.
Resolver estos problemas de forma sencilla y con empatía puede abrir nuevos caminos para la intimidad. Por ejemplo, tener conversaciones justas sobre las expectativas y necesidades de cada uno en la relación puede extender la relación y ayudar a identificar áreas que necesitan atención. Es fundamental crear un lugar de refugio donde ambos cómplices puedan comunicar sus anhelos, miedos e inquietudes sin temor a ser juzgados o desestimados.