El alcohol es de destacar que su consumo, a pesar de ser legal en nuestro país, puede implicar peligros extraordinarios, además de afectar realmente la vida y la prosperidad de las personas, tanto física como psicológicamente. La cantidad y la frecuencia con la que se consume son puntos clave.
Si nos centramos en su relación con la sexualidad, que es lo que vemos, hoy en día, la relación entre el abuso del alcohol y las disfunciones sexuales parece más que clara. Los datos confirman que las tasas de prevalencia pueden variar ampliamente según los estudios (del 3% al 64%) según los límites considerados.
A lo largo de este artículo, hablaremos de la adicción al alcohol y las disfunciones sexuales. Una vez sentadas las bases, profundizaremos más en la relación entre el abuso del alcohol y la sexualidad, analizando también los efectos fisiológicos y mentales.
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¿Alcoholismo?
Como hemos hecho referencia en la presentación, la cantidad y la frecuencia del consumo son puntos clave. Para la mayoría de las personas, el consumo de alcohol es ocasional y moderado, y aunque no aporta beneficios a nuestro organismo, puede que no sea una forma de comportamiento peligrosa. Sin embargo, en otras ocasiones, el consumo de alcohol llega a causar daños físicos y profundos, así como molestias físicas y personales. Cuando una persona se centra en el consumo de alcohol por encima del daño que le causa, se considera que ha fomentado un trastorno por consumo de alcohol o adicción al alcohol.
¿Que es la disfunción sexual?
Los trastornos sexuales se caracterizan por ser problemas relacionados con la dificultad o incapacidad para mantener relaciones sexuales consideradas aceptables. Este tipo de trastorno afecta, aunque de formas diferentes, a todo tipo de personas y puede ocurrir en cualquier momento en el que se produzca la manifestación sexual.
Los trastornos sexuales pueden ser provocados por factores naturales (físicos) o mentales, o ambos. Es importante recordar que tienen un efecto significativo en el bienestar profundo de las personas, lo que termina influyendo también en el bienestar actual. Además, también puede afectar a diferentes ámbitos (familia, trabajo) y, sobre todo, a las relaciones.
La caracterización de este tipo de trastorno es amplia y fluctuante: depende del momento en el que se produce el trastorno, a quién le ocurre, si existe o no una causa natural, etc. La mayoría de los trastornos sexuales se incluyen en manuales sintomáticos, como el DSM-5, y es recomendable consultarlos para obtener más información detallada.
La relación que existe
Podríamos decir que la relación entre el abuso del alcohol y la disfunción eréctil, aunque clara, es bastante compleja. Algunos estudios sugieren que el consumo de alcohol aumenta el deseo sexual, pero la mayoría destaca que, en casos de adicción al alcohol, consumo excesivo y constante, la relación con la disfunción eréctil es inmediata.
Uno de los puntos de vista que más se ha estudiado para descomponer la relación entre estas dos perspectivas ha sido la excitación sexual. Sin embargo, este no es el único aspecto considerado. Se ha visto que en un número significativo de los casos en los que hay disfunción eréctil, también hay adicción al alcohol. Si miramos hacia otro lado, algunos estudios muestran que el 72% de los hombres que sufren los efectos nocivos de la adicción al alcohol también tienen disfunción eréctil.
No podemos olvidar que el alcohol altera los elementos de nuestro sistema nervioso y disminuye los niveles de testosterona. Además, temporalmente, el alcohol provoca vasodilatación y esto puede generar una sensación de intensidad y desinhibición. Sin embargo, a medio y largo plazo, el alcohol influye en el flujo sanguíneo a los órganos sexuales.
Efectos que provoca
Como se mencionó recientemente, los efectos del consumo de alcohol en el grupo dependen tanto de la cantidad como de la frecuencia de consumo. El alcohol es una sustancia peligrosa que afecta el funcionamiento de nuestro sistema nervioso central (y modifica la regulación del deseo sexual) y del sistema nervioso autónomo, y puede afectar la capacidad de respuesta y la reacción de nuestros órganos sexuales.
Además, también afecta fuertemente el nivel hormonal. Una disminución de la testosterona se relaciona con un menor deseo sexual y disfunción eréctil. Los cambios en el estrógeno en las mujeres pueden estar relacionados con un menor deseo sexual y problemas con el aceite vaginal.
En el pasado se han estudiado de forma proactiva puntos como la expansión de las venas que se produce después del consumo de alcohol y los resultados a corto y largo plazo de este tipo de circunstancias.
No podemos olvidar que el alcohol puede causar daños extensos a diferentes órganos. Uno de los más afectados suele ser el hígado, además de los problemas que provoca en el sistema cardiovascular, entre otros. Sin duda, el hecho de que los órganos no funcionen como se espera también influye en la sexualidad.